(In)móvil

Mi cuerpo se inquieta 
porque hace ya unos años
no se comporta como quiero. 

¿Cómo debía moverme para caminar? 
¿Cómo debía articular mis labios para hablar?

Les digo a mis piernas
que nos levantemos, las muevo
y sólo me responden quedándose quietas. 

Les digo a mis labios y mi lengua
que digamos que no, los muevo 
y sólo me responden con un silencio angustiado. 

Les digo a mis dedos 
que escriban una novela, los muevo 
y sólo me responden manipulando, 
al azar, las teclas. 

Mi cuerpo no se halla en mi mente, 
mi mente ya no controla mi cuerpo. 
El tronco que me sostenía
no existe más. 

Mi mente intenta ordenar, ser la líder 
otra vez. 
Mi cuerpo no escucha, ya se cansó 
de escuchar y obedecer. 
Las raíces que me nutrían 
no absorben lo esencial. 

¿Cuánto tiempo debo estar de pie?
¿Cuánto tiempo debo estar acostada? 

Siento como un humo negro 
invade cada parte
de mi piel 
de mis órganos
y de mis sentidos. 

¿Cómo disipo aquello que no entiendo? 
¿Cómo detengo el paso del tiempo? 

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